MIRADA SORELA

Hipopótamos y caligrafía

Apartado: Siete años de Blog

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«¿Nativos qué?, preguntó la jirafa, que desde tan alto oía mal.

En la primera reunión del curso, Don Hipo, el hipopótamo director del colegio anunció que a partir de ese año no se enseñaría a escribir a los alumnos. No se les enseñaría ya más Caligrafía.

-Es inútil, explicó. Estos chicos son nativos digitales y jamás van a tener que usar las plumas.

– ¿Nativos qué?, le preguntó al chimpancé la jirafa, que al escuchar desde tan alto oía mal.

– Nativos digitales, explicó con paciencia el chimpancé, profesor de Matemáticas. Significa que ya nacen sabiendo cómo funciona el IPhone y el WhatsApp. Lo traen puesto.

-Es que no se trata de usar o no las plumas, dijo la gallina, profesora de Lengua y ella misma nativo contradictoria. «De hecho, la Animalidad ha corrido como un leopardo desde que no usamos plumas para escribir». Aquí la gallina hizo una pausa dramática: «Pero hay que ser muy cenutrio para creer que se puede prescindir del aprendizaje de la caligrafía: es lo que nos enseña elegancia, armonía, cadencia, actitud».

– Ya está, pensó en su esquina el león, profesor de Filosofía. «Ya la tenemos armada. De esta discusión no salimos en todo el año».

Y así es. Para algo le debería servir a León enseñar Filosofía. Esta asignatura fue abolida, esta vez por el Gobierno, pero le permiten seguir dándola porque los demás profesores quieren saber sus profecías, que es en lo que León ha convertido el amor por la verdad. Y en su caso no suele fallarlas. León es algo así como el Echador de Cartas del Claustro, y los profesores del colegio Elefante García Lorca quieren seguir sabiendo lo que tiene que decir sobre si van a ser felices, encontrar pareja, si les van a subir el sueldo después de tenerlo tres años congelado… esas cosas típicas que preocupan a los profesores.

Una vez más León acierta con su clarividencia: el Claustro se divide entre los que le hacen la pelota a Don Hipo y están a favor de suprimir las clases de caligrafía, y los que no. Con la peculiaridad de que esta vez los que no, que suelen terminar plegándose al poder, hacen del asunto un casus belli.

    – ¿Un qué?, pregunta la Jirafa, que además de algo sorda es nula en idiomas y no sabe latín.

– Un asunto de principio y que no se puede ceder y si cedes te conviertes en un reptil, explica muy serio Chimpancé. Él se ha alineado con la gallina por una razón muy sencilla: las matemáticas, incluso la más humilde de las aritméticas, tienen mucho que ver con la escritura y la caligrafía. Se comienza suprimiendo la a, o la b, y lo siguiente que te cargas es el álgebra y las ecuaciones de segundo grado. Y Chimpancé piensa que la filosofía es prescindible pero si intentásemos hacerlo con el álgebra no podríamos ni poner en marcha un micro ondas.

El debate no pasaría de ser una de las muchas discusiones ociosas que se dan entre los profesores para matar el tedio de los claustros pero es que esta vez, entre los alumnos más pequeños, esos que van al colegio a jugar con plastilina y preparar regalos para el día de la Madre, ha llegado una pequeña eriza que es un verdadero prodigio. Minúscula y sensible, y con una capa de púas suaves que todavía parecen un plumero, o una brocha de afeitar para ricos, sin que nadie se lo haya enseñado es capaz de hacer unas aes como ya quisiera la señorita Gaviota, la profesora de dibujo, por no hablar de las efes, las zetas, y en general todas las letras con cola, o rabo, o algo elegante. Como las Ges. Las ges de la joven eriza provocan la admiración de todo el mundo, y sobre todo de la señorita Gaviota, que no sin algo de celos al principio ha sabido reaccionar con generosidad pedagógica y reconocido el talento natural de la pequeña Eriza.

– ¿Vamos a dejar escapar a esa pequeña Miguel Ángel?, pregunta en los debates en el claustro de profesores, que ahora, calentados por la discusión, ya son todos los días. «¿No nos damos cuenta de que se puede empezar como Miguel Ángel y terminar como Cervantes? ¿No hemos aprendido de los chinos que caligrafía, pintura y poesía son lo mismo? ¿Asumirá usted esa responsabilidad, don Hipo, sólo por un antojo pedagógico que vete a saber de que Gurú de Universidad de la Costa Oeste se ha sacado?».

Y esa última alusión es su error. Porque Hipopótamo, que por una vez estaba a punto de tirar la toalla y volver a la vieja y acreditada Caligrafía, no soporta que toquen a su Gurú, se pica con esa alusión a las influencias perniciosas que ha permitido le contaminen en vete a ser qué Congreso Internacional para la Evolución de Occidente, y siente que no puede ceder.

Y en esas estamos en el Colegio Elefante García Lorca, de enseñanza general. En si Caligrafía o no.